miércoles, 16 de noviembre de 2011

GUINEA PIG: La Perturbadora Saga

Por: Wen Acero




“Esta es la crónica de un experimento en la difusa línea del dolor soportable y la corrosión de los sentidos humanos”

Con estas palabras nos dan la bienvenida al mundo de las Guinea Pig, una de las sagas más perturbadoras y dementes que se han realizado en .la historia del cine de terror. Su nombre, cobayo en español, hace referencia a un animal de laboratorio con el cual se experimenta, y es precisamente este concepto el que se explota en todas sus películas.  

Las Guinea Pig son una serie de siete films hechos en Japón, los cuales se caracterizan por su contenido gore explícito y alta violencia gráfica. A pesar de ser únicas en su tipo, su fama no se debe precisamente a su excelente producción y argumentos, sino más bien a dos escándalos que comprometieron su nombre.



El primero de ellos se suscitó cuando el famoso actor Charlie Sheen tuvo acceso a la segunda parte titulada “Flores de carne y sangre”, después de verla quedó convencido de que se trataba de una película snuff genuina, en gran parte debido a la escena donde la protagonista es decapitada. Sin dudarlo llamó al FBI para denunciar el caso, y lograr así que los realizadores de esta producción fueran investigados. Tras una intensa presión por parte de las autoridades, el director de este film Hideshi Hino demostró que la protagonista estaba en perfectas condiciones y que obviamente era una excelente actriz, que los efectos especiales eran tan buenos que parecían reales, y además dio a conocer el detrás de cámara, lo que finalmente aclaró toda la situación.



El segundo escándalo, el más fuerte de todos, se desató cuando el conocido “Asesino Otaku”  Tsutomu Miyasaki, afirmó que tomó como guía la película “Flores de Carne y Sangre” para perpetrar algunos de sus delitos. Miyasaki  poseía una amplia videoteca, donde la serie completa de las Guinea Pig era su pieza más preciada.

Pero más aterrador que el contenido de las Guinea Pig, es la historia de este asesino serial, llena de resentimiento, maldad y perversión. Para entender más por qué este caso tuvo tanto revuelo en Japón y satanizó a esta serie, les mencionaré detalles de la vida y carrera delictiva de Tsutomu Miyazaki.



Tsutomu Miyazaki



Nació el 21 de agosto de 1962 de forma prematura, lo que le provocó una deformidad en sus manos. A pesar de destacarse como un alumno brillante, su condición hizo que siempre fuera rechazado por sus compañeros de escuela y objeto de múltiples burlas. 

Tras una niñez dura y una adolescencia solitaria,  Miyazaki empezó a refugiarse de manera obsesiva en el Manga, llegando incluso a dibujar sus propias historias. Interesado en el mundo del dibujo decidió dedicarse a la fotografía profesional, trabajando en un pequeño local de revelado fotográfico.

Miyazaki siempre se caracterizó por su aislamiento,  por evitar relacionarse con mujeres, y por sus problemas para socializar, incluso no se llevaba bien con su familia, excepto con su abuelo paterno quien era el único que lo entendía.  A pesar de estar alejado del sexo opuesto, su apetito sexual se incrementaba, lo que lo llevó a fotografiar mujeres en la calle y coleccionar pornografía infantil.

Habitación de Miyazaki


Tras la muerte de su abuelo, en agosto de 1988, su ira asesina se desató. Al ver a la pequeña Mari Konno caminar sola por la ciudad, decidió raptarla y llevarla a la cima de un cerro; la niña asustada empezó a llorar y Miyazaki asustado la estranguló, posteriormente abusó de ella y la dejó allí hasta que su cuerpo se descompuso. Más tarde cortó sus pies y manos para guardarlos como trofeo en su armario.

Meses más tarde, Miyazaki encontró a su segunda víctima, esta vez se trató de la pequeña Masami Yoshisawa de 7 años, a quien estranguló, violó y fotografió, dejándola abandonada en el mismo cerro.  En diciembre del mismo año secuestró a Erika Namba, de 4 años, llevándola a un sitio alejado y solitario. Una vez allí obligó a la niña a desvestirse para fotografiarla, en ese momento arribó un carro desconocido, Miyazaki asustado asesinó y envolvió el cuerpo de Erika en una sábana, escondió su ropa en el bosque y huyó del lugar.

Días más tarde, la familia de la tercera víctima recibió una horrible carta que decía: Erika, frío, tos, garganta, descansar, muerte. Por su parte, la familia de la primera víctima, encontró una caja con cenizas, restos de huesos, 10 dientes, fotografías de la ropa de Mari, y una carta donde se leía: Mari, huesos, incinerar, investigar, probar.  Después del funeral de Mari, su padre recibió una segunda carta donde el asesino confesaba: “el cuerpo de la niña, muy poco después de su muerte, se puso rígido, traté de mover sus manos pero sus músculos no se movían, luego, empezaron a aparecer marcas rojas en su piel, más tarde se puso muy blando y olía muy mal"

En Junio de 1989, Miyazaki convenció a una niña para dejarse fotografiar desnuda, la hermana de la pequeña dio aviso a sus padres, quienes buscaron y persiguieron al psicópata, pero logró escapar.  Ese mismo mes Miyazaki encontró a su última víctima Ayako Nomoto, de 5 años, quien al ver las manos deformes de su captor comentó que le parecían chistosas, Miyazaki enfureció asesinado a Ayako, pero esta vez llevó el cuerpo a su casa.

Estando en la comodidad de su hogar, desnudó a la pequeña y se masturbó, quedando todo registrado en un video; escondió el cuerpo bajo su cama hasta que 4 días después empezó a oler muy mal.  Para deshacerse del cadáver de Ayako, cortó con un cuchillo la cabeza, manos y pies y dejó el toso en un cementerio. Más tarde abandonó la cabeza y los pies en el cerro donde asesinó a sus primeras víctimas, y en el patio de su casa asó y comió las manos de la niña.



Días más tarde, Miyazaki decidió regresar al parque donde ya había sido perseguido por los padres de una niña a la que pretendió fotografiar, con el fin de recoger su carro y buscar nuevas víctimas. Sin saberlo, allí lo esperaba la policía, quienes lo arrestaron de inmediato. Tras su detención, Miyazaki lo confesó todo; se realizó un allanamiento en su domicilio donde descubrieron 5673 cintas de anime pornográfico y gore, la serie completa de Guinea Pig, y varias fotografías y videos de sus homicidios.

Después del encarcelamiento de Miyazaki, su padre se reusó a ayudarlo, y debido a la gravedad de los delitos cometidos por su hijo y la presión social, decidió quitarse la vida en 1994. Miyazaki fríamente aseguró “sentirse como nuevo” tras la muerte de su padre.

Miyazaki fue encontrado culpable de todos los asesinatos, a pesar de haber argumentado desorden de personalidad múltiple y esquizofrenia extrema. Ya que “El Asesino Otaku” en su confesión dio detalles muy específicos de cómo perpetró sus homicidios, quedó claro que en todo momento estuvo consciente de lo que hizo, por lo que fue sentenciado a la horca.

La sentencia solo se cumplió 15 años después, específicamente el 17 de enero de 2006.  Este caso resultó uno de los más aterradores para el pueblo nipón, más específicamente en la ciudad donde todo ocurrió, ya que en la Prefectura de Saitama nunca se había presentado un caso de este tipo.

La forma en la que Miyazaki cometió sus asesinatos responden a algunas escenas y métodos de la película “Flores de Carne y Sangre”, por ejemplo el decapitar a su última víctima, cortar las manos y pies de dos cadáveres, grabar y fotografiar los cuerpos, y mandar perturbadoras cartas a las familias de las pequeñas. Todos estos elementos se encuentran a lo largo de este film.



Debido al gran impacto que tuvo el caso de Miyazaki en Japón, y el debate que se generó en torno a esta saga y más específicamente a la película “Flores de carne y sangre”, el gobierno nipón decidió prohibir la producción de películas bajo la denominación de “Guinea Pig”, por lo que ahora es ilegal.

Fuentes:


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